La lluvia cae sobre un suelo gris...

¡Primer día de lluvia! El otoño empieza... el frío se va adentrando en nuestras vidas... el pañuelico de papel se hace nuestro amigo inseparable... mocos... esputos sangrientos... ¿no es maravilloso?

Después de estos meses sin escribir, tendría que hacer un resumen, un parón en el camino y pensar, recapacitar y asimilar tanto cambio.

Primero, una escapada a Sevilla y Barcelona: el cajero se tragó mi tarjeta, me quedé sin pasta, descubrí que ''rodalies'' es ''cercanías'' en catalán... Paseos por éstas ciudades, siendo una más en un lugar y siendo una guiri absoluta en otro. Qué genial es tener tanta acera para andar...

Sitges, la arena, el sol, el salitre... Estar en octubre en bolas en la playa.

Domingo de peli, polvo y manta, de cine y paseíto con fresquito. Debería haber más domingos de éstos a partir de noviembre.

Seguir, con las clases. Menudo mundo nuevo el de la universidad, con sus pokemons (unos más listos, otros... aberraciones de la madre natura... otros, que no pasarán el pavo hasta pasados los treinta años), sus clases interesantísimas, sus seminarios, la super biblioteca, las preguntas cómo ''¿eres erasmus?''. Qué genial... Creo que será una buena etapa por descubrir.

Aún quedan días y escapadas para ver a mis zorras favoritas, fiestas y gente por conocer. Quizás, algún viaje con las pelas justas para conocer otro país y ver a Una putilla en Praga (ésto parece el título de una porno, ¿no?) Aún me esperan días de estrés con cara de haba, intentando descifrar preguntas y trabajos que no entiendo, exámenes por ¿aprobar? ¿suspender? Esperemos que sea más lo primero...

¿Qué más habrá de bueno en éste otoño? Es mi estación preferida, supone el principio de muchas cosas, planes, buenos propósitos... Es la versión no oficial de Año nuevo, en la que me propongo hacer tantas cosas y que no hago por falta de tiempo o cambios de inquietudes. ¡Cuanta puta y yo que viejo! Digo... Cuanto cambio y yo que tronada...

Nos veremos pronto, seguramente, littles sluts, y con eso... ya me merece la pena echar una sonrisilla.

Besazos, ¡disfrutad de cada día de otoño!